El lipedema es una enfermedad que suele confundirse con el linfedema debido, en primer término, a que se trata de dos palabras muy similares. No obstante, en el origen de ambas se encuentra la clave para esclarecer su principal diferencia.
El lipedema es una patología que se asocia a la acumulación de grasa, mientras que el linfedema tiene que ver con la acumulación de líquido linfático. Desde nuestro portal especializado en lipedema, queremos contaros las diferencias entre ambas patologías.
Principales diferencias
Ambas son enfermedades crónicas, pero en el caso del linfedema tiene lugar la acumulación de líquido linfático en piernas y brazos e incluso se podría dar en una de las extremidades.
En el caso del lipedema consiste en la acumulación de células grasas. Normalmente tiene lugar en las piernas y en ambas extremidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una “Inflamación difusa no focal del tejido graso generalmente localizado en piernas, muslos, caderas y porción superior de los brazos”. No debe ser confundido con linfedema.”
El linfedema puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque es más común el sexo femenino, mientras que el lipedema es una enfermedad propia de mujeres. Otras de las diferencias principales es que el linfedema puede empezar en la infancia, mientras que el lipedema es más común que se inicie en la adolescencia y es simétrico, a diferencia del linfedema que lo más habitual es que sea asimétrico.
Otras diferencias entre estas dos enfermedades
El Lipedema suele ser hereditario y una vez detectada esta enfermedad, se suelen detectar antecedentes familiares del sexo femenino con el mismo problema o similar. Es común que aparezca tras embarazos o menopausia.
El Lipedema no se debe relacionar directamente ni tratar con dietas y ejercicio físico únicamente, puesto que no es consecuencia de sobrepeso. Pero es muy común que en un primer momento los profesionales la identifiquen como obesidad, lo que provoca un retraso en el diagnóstico correcto y por tanto un retraso en comenzar el tratamiento y curarla.
Una vez diagnosticado de forma correcta el lipedema, la solución para curar definitivamente la enfermedad pasa por los tratamientos quirúrgicos. El objetivo es extraer la grasa que ha producido el lipedema y para ello es necesario recurrir a la liposucción WAL, tumescente o asistida. El especialista será el encargado de recomendar la técnica más correcta según tu caso.
Si quieres conocer más sobre los tratamientos quirúrgicos para poder tratar esta enfermedad crónica, haz clic aquí para conocer más. Además, también existen tratamientos no quirúrgicos con lo que se puede tratar el lipedema.
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