El lipedema es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en las extremidades (piernas y brazos) quedando desproporcionadas en forma y volumen con respecto al resto del cuerpo. Se trata de la inflamación del tejido graso. Es una enfermedad que, por sus características a primera vista, puede confundirse con la obesidad o incluso con la celulitis. Sin embargo, la forma en que afecta a las personas que lo padecen y los tratamientos que se utilizan para poder eliminar el lipedema hacen que estemos hablando de una enfermedad peculiar y diferente a otras como la obesidad o la celulitis.
Cuando hablamos de lipedema hacemos referencia a una enfermedad de la que no hay mucha información entre la población general, siendo todavía desconocida para muchos. Y es que, la propia OMS (Organización Mundial de la Salud) no reconocería el lipedema como enfermedad hasta el 8 de mayo de 2018. Pero la realidad es que es una enfermedad que afecta a muchas personas, principalmente mujeres, y que por sus características es importante conocerla, ya que, si no se diagnostica el lipedema en una persona que lo padece, es muy difícil que pueda reducir ese exceso de grasa, puesto que su tratamiento no es como el de la obesidad o la celulitis. Por ello, vamos a detallar todo lo que tienes que saber sobre el lipedema.
Como ya hemos dicho, se trata de una acumulación excesiva de grasa en las extremidades, siendo más común que se de en las piernas. Lo primero que debemos saber es que se trata de una enfermedad crónica que no tiene una relación directa ni con la alimentación ni con la obesidad, ya que el lipedema afecta a personas con diferentes características físicas, incluidas las que no tienen exceso de grasa en su cuerpo antes de padecer lipedema..
Para identificar el lipedema debemos conocer cuáles son los principales síntomas y en que se diferencian de la obesidad o la celulitis. La principal característica del lipedema es que ese exceso de grasa se produce exclusivamente en una parte del cuerpo, las piernas, quedando completamente desproporcionadas con respecto al resto del cuerpo. Esta descompensación se nota incluso con los propios pies, ya que estos mantienen su tamaño normal. Eso sí, ese reparto de la grasa en las piernas es simétrico, afecta de la misma forma a ambas piernas.
Esto provoca diferentes problemas relacionados con la movilidad de las extremidades, así como derivando en dolores en las piernas, hipotermia y una mayor facilidad para que se produzcan hematomas.
Por último, la pérdida de peso, clave para acabar con la obesidad, nos hace ver como una persona que padece lipedema no experimentará cambios en sus piernas a pesar de bajar de peso.
El lipedema se divide en tres grados diferentes en función de las características y la gravedad de la enfermedad.
Grado I. Es el grado más leve de lipedema. La superficie de la piel es normal, pero tiene algunos nódulos de grasa. A simple vista apenas se puede apreciar la enfermedad.
Grado II. En este caso estamos hablando de que la enfermedad se encuentra en una situación intermedia. La superficie de la piel se caracteriza por ser irregular, formándose mayor cantidad de nódulos con respecto al grado I. Además, se acumula una mayor cantidad de grasa en la zona posterior de la rodilla.
Grado III. Es el estado más grave de la enfermedad. En este caso aumenta considerablemente la acumulación de grasa, formándose una mayor deformación de la piel. También se caracteriza por los dolores que sufre la paciente.
Conoce también cuál es la prevalencia de Lipedema y a quién afecta principalmente.